Por Randy Stagnaro
El ministro de Economía, Amado Boudou, presentó los datos más relevantes del proyecto de ley de ingresos y gastos del año próximo. Se mantiene la solvencia fiscal y aumentan las partidas para educación, seguridad social y salud.
 

Con este presupuesto vamos a seguir creciendo.” Esta fue la definición con la que cerró ayer su exposición el ministro de Economía, Amado Boudou, ante la Comisión de Presupuesto y Hacienda de Diputados, a la que presentó las características centrales del proyecto de ley de Presupuesto 2011.
En rasgos generales, el texto plantea los números que fueron anticipados días atrás por Tiempo Argentino: un crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) del 4,3%, el dólar a $ 4,10 como valor promedio y una inflación de 8,9%. Asimismo, Boudou señaló que la pauta de gastos del sector público será de $ 405.720 millones, mientras que para la administración nacional será de $ 372.911 millones de pesos (ver infografía).
“La Argentina tendrá por octavo año consecutivo, y por primera vez en su historia, crecimiento de la economía, superávit comercial y fiscal y un tipo de cambio sin movimientos bruscos”, afirmó Boudou.
El titular de Economía destacó, además, que el gasto en educación estará “por encima” del equivalente al 6% del PBI, mientras que los pagos de deuda pública se situarán en el orden del 2%, “casi a la inversa de lo que sucedía allá por el año 2002”, cuando la Argentina entró en cese de pagos al cabo de cuatro años de recesión. “La carga de la deuda pública sobre el PBI es cada vez menor”, afirmó.
Los primeros análisis de los economistas tienden a coincidir con los números gruesos que planteó el ministro. Es el caso de Soledad Pérez Duhalde, economista de la consultora Abeceb.com, que dirige el ex secretario de Industria Dante Sica, quien le dijo a este diario que “los supuestos macroeconómicos y de crecimiento del producto tienen estimaciones similares a las que nosotros hemos elaborado”. Señaló además que con el “Índice de Precios al Consumidor tenemos la discusión de siempre, nuestra estimación es mayor”, y que en materia de recaudación prevé un incremento algo más pronunciado que la proyección oficial.
La economista observó que respecto del gasto “pensamos que será más elevado por el lado de transferencias al sector privado, en particular en lo que hace a los subsidios al consumo energético”.
La base macroeconómica del Presupuesto 2011 señala que “las perspectivas en torno a la dinámica de las principales variables macroeconómicas arrojan resultados alentadores para el período 2010-2013”.
Pérez Duhalde señaló que en este cuadro, los datos de importaciones y exportaciones también se asemejan a los que elaboró la consultora. En el cálculo del gobierno, las importaciones crecerán un 15,3%, en tanto que las exportaciones lo harán en un 11%, lo que arrojará un superávit comercial de casi U$S 10 mil millones. “Nuestro saldo para el final de 2011 es un poco más alto que el oficial, en torno de los U$S 11 mil millones, pero la tendencia que se manifiesta en el Presupuesto está en línea con nuestros estudios”. Según la economista, las exportaciones crecerán por mayores precios mientras que las importaciones lo harán por mayores cantidades.
Por su parte, Marina Dal Poggetto, economista del estudio Bein y Asociados, que dirige Miguel Bein, señaló que “el crecimiento del 5% está subestimado, al menos respecto de lo que nosotros manejamos”. Asimismo, agregó que el “crecimiento de los recursos es relativamente bajo, nosotros estimamos 20 mil millones de pesos más y, en el mismo sentido, la subestimación del gasto es aun mayor”.
La economista resaltó “el cambio bastante fuerte en la lógica fiscal” dado que para 2011 se prevén caídas en partidas como las transferencias al sector privado “por la reducción de los recursos destinados al sostenimiento de las tarifas eléctricas”.
Dal Poggetto también señaló que “la política cambiaria es bastante estable.  De hecho, es el ancla para el incremento de los precios internos, lo mismo que las tarifas, por lo que los subsidios se mantienen casi estables.”
Según el proyecto, el peso se devaluará 3,2% durante el año próximo, un valor que está por debajo del incremento del costo de vida, previsto en 8,9%. Es decir, se trata de un incentivo para que los capitales en moneda extranjera ingresen al país y rindan en un cuadro de estabilidad monetaria.
Esta percepción es coherente con el incremento del 28,3% en los recursos destinados al pago de deuda pública, para lo cual se crea un “fondo de desendeudamiento con reservas del Banco Central”, que sumará U$S 7500 de las reservas excedentes del BCRA. El ministro Boudou resaltó que este tipo de fondos brinda “mucha certidumbre a la economía argentina en un contexto internacional muy difícil”. Sin contar con este fondo, y en números redondos, el 2% del PBI estará destinado al pago de deudas.