La causa por el despojo de la empresa de los Graiver
La justicia le pidió a Tiempo los documentos sobre Papel Prensa
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Son las entrevistas a Isidoro Graiver, Rafael Ianover y Lidia Papaleo, y los papeles que respaldan la investigación periodística realizada por este diario sobre la apropiación de las acciones por parte de Clarín, La Nación y La Razón.
Son las entrevistas a Isidoro Graiver, Rafael Ianover y Lidia Papaleo, y los papeles que respaldan la investigación periodística realizada por este diario sobre la apropiación de las acciones por parte de Clarín, La Nación y La Razón.
La Unidad Fiscal Federal de La Plata solicitó a Tiempo Argentino la documentación que respalda la investigación periodística sobre la apropiación de las acciones de Papel Prensa por parte de los diarios Clarín, La Nación y La Razón durante la última dictadura. Los fiscales Marcelo Molina, Carlos Dulau Dumm y Hernán Schapiro requirieron además la entrevista realizada a Isidoro Graiver que fue publicada por este diario el 26 de agosto pasado, en la que el hermano del banquero muerto en México en un extraño accidente aéreo aseguró que toda la operación fue realizada en un clima de amenazas.
La instrucción de la causa caratulada “Secretaría de Derechos Humanos de la Nación s/Presentación” –iniciada por el organismo que encabeza Eduardo Luis Duhalde luego de la declaración del ex testaferro de David Graiver, Rafael Ianover– fue delegada por el juez Federal Arnaldo Corazza a la Unidad Fiscal que ayer notificó a los periodistas de este diario de la solicitud del material que fue publicado en sucesivos artículos sobre el tema. En la causa ya declararon Lidia Papaleo, viuda de David Graiver, e Isidoro Graiver, el hermano del banquero quien se presentó “espontáneamente” el mismo día en que la presidenta Cristina Fernández presentó el informe Papel Prensa - La Verdad, realizado por la Secretaría de Comercio Interior. Además, los abogados de los empresarios Héctor Magnetto y Bartolomé Mitre intentaron trabar el proceso judicial con otra “presentación espontánea” en la que sólo aportaron la investigación del Poder Ejecutivo. Y lograron su objetivo: ser parte del expediente y participar de las futuras declaraciones (ver aparte).
La causa avanza lentamente y todos saben que puede quemar, y mucho. Los fiscales todavía esperan el respaldo político que significará el envío de parte de las 27 mil fojas celosamente resguardadas por el gobierno que la Secretaría de Derechos Humanos debe analizar por orden presidencial. La espera genera suspicacias, en todos los frentes.
El 11 de junio, Isidoro había concedido una entrevista a Tiempo Argentino en la que declaró que “la presión era permanentemente (y los) aprietes eran permanentes” para entregar el paquete accionario a los diarios Clarín, La Nación y La Razón. Además, reconoció no tener dudas sobre la participación del ex ministro de Economía de la dictadura José Alfredo Martínez de Hoz en el operativo de despojo.
El próximo paso que deberán dar los fiscales será citar a Graiver a ratificar o rectificar sus dichos. Como sea que resulte la situación procesal de Isidoro Graiver, las dudas no dejan de surgir. El 26 de agosto, Clarín tituló: “Graiver ratificó ante la justicia su verdad sobre Papel Prensa”. ¿Quién entregó al diario las actas? Tal vez la respuesta surja del nuevo testimonio que pronto deberá prestar el hombre que el 25 de agosto partió a Londres y que pocos saben si regresó.
Entre las pruebas que este diario entregará a la Unidad Fiscal Federal de La Plata, se encuentran los documentos de la dictadura que prueban el férreo antisemitismo que demostraban los represores al tratar a los Graiver, informes desclasificados en los Estados Unidos que afirman que la familia estaba siendo “prejuzgada”, la autopsia falsa realizada al cuerpo de Jorge Rubinstein (administrador de los bienes de la familia) cuando todavía permanecía desaparecido, una larga lista de presiones y contradicciones publicadas por Clarín y La Nación sobre el caso, y también los testimonios de Lidia Papaleo y Rafael Ianover. Toda la información fue publicada por este diario como parte de distintos artículos de una investigación que llevó más de seis meses de trabajo.
Además, los fiscales contarán con los documentos del Ejército que hasta el 5 de septiembre pasado permanecieron en secreto. Estos legajos prueban los vínculos entre los dueños de los “grandes diarios” con el represor responsable de la “investigación” contra la familia Graiver y sus allegados más cercanos.
El papeleo de la burocracia del terror de la última dictadura dejó registrados los encuentros entre el “oficial Superior Preventor Oscar Gallino”, Héctor Magnetto, Bartolomé Mitre y el recientemente fallecido Patricio Peralta Ramos con el objetivo de “producir sendos informes” que luego serían utilizados en “los interrogatorios a tomar el 11 de abril de 1977”, mientras los Graiver eran torturados por la patota del ex jefe de la Policía Bonaerense Ramón Camps
La instrucción de la causa caratulada “Secretaría de Derechos Humanos de la Nación s/Presentación” –iniciada por el organismo que encabeza Eduardo Luis Duhalde luego de la declaración del ex testaferro de David Graiver, Rafael Ianover– fue delegada por el juez Federal Arnaldo Corazza a la Unidad Fiscal que ayer notificó a los periodistas de este diario de la solicitud del material que fue publicado en sucesivos artículos sobre el tema. En la causa ya declararon Lidia Papaleo, viuda de David Graiver, e Isidoro Graiver, el hermano del banquero quien se presentó “espontáneamente” el mismo día en que la presidenta Cristina Fernández presentó el informe Papel Prensa - La Verdad, realizado por la Secretaría de Comercio Interior. Además, los abogados de los empresarios Héctor Magnetto y Bartolomé Mitre intentaron trabar el proceso judicial con otra “presentación espontánea” en la que sólo aportaron la investigación del Poder Ejecutivo. Y lograron su objetivo: ser parte del expediente y participar de las futuras declaraciones (ver aparte).
La causa avanza lentamente y todos saben que puede quemar, y mucho. Los fiscales todavía esperan el respaldo político que significará el envío de parte de las 27 mil fojas celosamente resguardadas por el gobierno que la Secretaría de Derechos Humanos debe analizar por orden presidencial. La espera genera suspicacias, en todos los frentes.
El 11 de junio, Isidoro había concedido una entrevista a Tiempo Argentino en la que declaró que “la presión era permanentemente (y los) aprietes eran permanentes” para entregar el paquete accionario a los diarios Clarín, La Nación y La Razón. Además, reconoció no tener dudas sobre la participación del ex ministro de Economía de la dictadura José Alfredo Martínez de Hoz en el operativo de despojo.
El próximo paso que deberán dar los fiscales será citar a Graiver a ratificar o rectificar sus dichos. Como sea que resulte la situación procesal de Isidoro Graiver, las dudas no dejan de surgir. El 26 de agosto, Clarín tituló: “Graiver ratificó ante la justicia su verdad sobre Papel Prensa”. ¿Quién entregó al diario las actas? Tal vez la respuesta surja del nuevo testimonio que pronto deberá prestar el hombre que el 25 de agosto partió a Londres y que pocos saben si regresó.
Entre las pruebas que este diario entregará a la Unidad Fiscal Federal de La Plata, se encuentran los documentos de la dictadura que prueban el férreo antisemitismo que demostraban los represores al tratar a los Graiver, informes desclasificados en los Estados Unidos que afirman que la familia estaba siendo “prejuzgada”, la autopsia falsa realizada al cuerpo de Jorge Rubinstein (administrador de los bienes de la familia) cuando todavía permanecía desaparecido, una larga lista de presiones y contradicciones publicadas por Clarín y La Nación sobre el caso, y también los testimonios de Lidia Papaleo y Rafael Ianover. Toda la información fue publicada por este diario como parte de distintos artículos de una investigación que llevó más de seis meses de trabajo.
Además, los fiscales contarán con los documentos del Ejército que hasta el 5 de septiembre pasado permanecieron en secreto. Estos legajos prueban los vínculos entre los dueños de los “grandes diarios” con el represor responsable de la “investigación” contra la familia Graiver y sus allegados más cercanos.
El papeleo de la burocracia del terror de la última dictadura dejó registrados los encuentros entre el “oficial Superior Preventor Oscar Gallino”, Héctor Magnetto, Bartolomé Mitre y el recientemente fallecido Patricio Peralta Ramos con el objetivo de “producir sendos informes” que luego serían utilizados en “los interrogatorios a tomar el 11 de abril de 1977”, mientras los Graiver eran torturados por la patota del ex jefe de la Policía Bonaerense Ramón Camps
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