Ambos presidentes se reunirán mañana en un lugar a determinar. La intervención de Néstor Kirchner, secretario general del organismo continental, logró distender la relación. Entusiasmo en la comitiva argentina por el anuncio.

Después de tres horas de reunión con los cancilleres de Colombia y Venezuela, de una larga conversación con idas y vueltas, cordial pero tensa, Néstor Kirchner anunció ayer en Bogotá su primer gran logro como secretario general de la Unasur. El ex presidente informó que el próximo martes Hugo Chávez y su par Juan Manuel Santos se reunirán en Colombia. Si no surgen nuevos obstáculos, los jefes de Estado firmarían un documento de paz para cerrar el conflicto que arrastran sus países.

Cerca de Kirchner confirmaron que la reunión siempre estuvo bien encaminada. “El clima fue cordial”, dijeron. Aunque admitieron que tanto María ángela Holguín como su colega el canciller venezolano Nicolás Maduro consultaron cada uno de los pasos con los jefes de sus gobiernos. “Los cancilleres lo escucharon como si fuese su padre. Se generó un clima de confianza en el mano a mano que nos sorprendió”, agregó la fuente.

Chávez rompió las relaciones con Colombia el pasado 22 de julio, después de que el gobierno de Uribe denunció ante la Organización de Estados Americanos (OEA) que Venezuela albergaba grupos guerrilleros dentro de sus fronteras. Si bien Chávez hizo ese anuncio formal hace menos de un mes, las relaciones diplomáticas y comerciales estaban congeladas desde el año pasado debido a las discrepancias de Venezuela por un acuerdo militar que Colombia firmó con los EE UU, pero sobre todo, por los choques personales que mantuvieron en los últimos años Chávez y Uribe.

La reunión fue en la cancillería colombiana. Y, según confesó en la red social Twitter el vicejefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, el almuerzo servido por los anfitriones fue “excelente”. Ante la prensa, Kirchner no ocultó su entusiasmo: “Hoy tengo una profunda satisfacción de haber asistido a una reunión ejemplar, profundamente democrática, con clara calidad integracionista entre los hermanos cancilleres y representantes de Colombia y Venezuela.”

El ex presidente se había reunido una semana atrás en Buenos Aires con Holguín y también con Maduro. Pocas horas atrás, mantuvo encuentros privados con Chávez y Santos, flamante presidente de Colombia. Las negociaciones terminaron de cerrarse ayer. Pero en el camino no faltaron obstáculos.

La semana pasada, pocas horas después de que Caracas anunciara que Maduro asistiría a la asunción de Santos, el presidente saliente de Colombia, Álvaro Uribe, denunció a Chávez ante la Corte Penal Internacional y en el mismo momento al gobierno venezolano ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

El nuevo gobierno colombiano también empezó con el pie derecho. Los avances, de hecho, se cristalizaron un día después de la investidura de Santos. La relación de Chávez con Uribe estaba absolutamente desgastada. El presidente Santos “busca un diálogo franco y directo con Venezuela. Hoy creo que el canciller Maduro y yo hemos dado ese primer paso con un diálogo franco y directo con el objetivo de restablecer las relaciones, unas relaciones en un marco de transparencia y franqueza”, dijo Holguín tras la larga reunión.

A su turno, Maduro dijo estar “realmente estoy muy satisfecho” por la conversación y por los temas en los que se consiguieron avances. Maduro reiteró que “el día martes, a la hora del mediodía, en Colombia”, los presidente Chávez y Santos “tendrán la posibilidad de conversar” y de “tomar las decisiones que favorezcan al mayor nivel las relaciones entre los dos países”.

Chávez interrumpió su programa dominical ¡Aló Presidente! para transmitir las buenas noticias. “Voy a dormir tranquilo”, dijo. Pero no quiso adelantar detalles de la reunión de mañana, de la que no se conoce el lugar exacto, ni la ciudad. Anoche, en la delegación argentina confirmaron que nadie se moverá de Colombia. Cerca del ex presidente, sobraba el optimismo.