Julio Cobos volvió a chocar con el Gobierno al que se opone y del que forma parte como vicepresidente. El motivo, esta vez, fue la publicación que ordenó de los nombres de los senadores oficialistas que no le dieron quórum a la oposición. El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, lo llamó “traidor” unas cuatro veces y hasta citó al dramaturgo alemán Bertolt Brecht: “Estamos ante un listado fascista. Hoy imputan a los que no dan quórum, mañana van a ser los gitanos y después serán los homosexuales. Van a hacer listados de cualquier cosa. Eso es fascismo”. Unas horas más tarde, Cobos le respondió que una “actitud cuasifascista es no asistir a los debates y creer siempre que se tiene la razón”.



“Nunca hicieron una cosa así con la oposición. Lo hicieron con los peronistas porque somos feos, sucios y malos”, se quejó Fernández ante los listados y la amenaza de Cobos de descontarles el 20 por ciento de la dieta a los oficialistas que no den quórum para que puedan avanzar las iniciativas opositoras. “Es una actividad que le es propia al legislador. Yo nunca me quejé porque la oposición no haya dado quórum”, remarcó el jefe de Gabinete. “Y si tuviéramos que descontar, De Narváez no hubiera cobrado nunca un centavo... si no fue a trabajar nunca”, se burló.



El funcionario nacional insistió en que la iniciativa puede llevar a “listados de los que están casados, de los que no están casados, de los que viven con una persona y no están casados, de los que profesan la religión judía, la católica”. E hizo blanco especialmente en el vicepresidente: “Lo que ha hecho Cobos me parece que es terrible. En vez de comportarse como el jefe de una banda, debería comportarse como presidente del Senado”, descerrajó. “¿Por qué no se comporta como un vicepresidente de la Nación y se pone la ropa de los grandes que fueron vicepresidentes de la Nación, de los Carlos Pellegrini, de esos de verdad, que tenían estatura y que se sentaban a hacer política?”, se preguntó. En plan de dar consejos útiles, el ministro coordinador le recomendó: “Tendría que dedicarse a encontrar soluciones. En vez de perder el tiempo con una estupidez tan grande como una solicitada”.



El jefe de Gabinete consideró que “Cobos no ha parado de cometer desaguisados desde las traiciones a los tres meses de haber asumido”, en referencia al “voto no positivo” que definió la caída del proyecto de retenciones móviles y la Resolución 125. “Y ahora acaba de cometer otra de las traiciones. Unos me dijeron: ‘No, pero se lo pidió el cuerpo’... Miren, si yo fuera vicepresidente, a mí aunque me lo pida Magoya no me hace hacer semejante cosa”, aseveró. “Las traiciones lo van a condenar toda su vida, porque va a caminar por la calle con una mochila de traidor que no se la saca ni Dios”, estimó Fernández.



En primera línea, le contestó el diputado cobista Daniel Katz, que consideró que Fernández “ha decidido ser el jefe de la barra brava de Quilmes y no el jefe de Gabinete de ministros de la Argentina”. Cobos se tomó algunas horas en meditar su respuesta. No fue mucho más imaginativa: “Cuando no se comparte una decisión y no se tienen las mismas ideas, esto ya es motivo de agravio y descalificaciones. Me parece justamente que estas descalificaciones responden a actitudes fascistas”. “En una República, debemos ser todos iguales ante la ley: si un enfermero, un maestro o un empleado de comercio faltan, se les descuenta el día. Es así de simple”, pregonó. “La verdadera actitud republicana pasa por asistir a los debates”, señaló Cobos. Curiosamente, no se le escuchó decir nada parecido, por ejemplo, cuando la oposición se retiró de la Cámara baja en plena votación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.



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