Mariano Recalde
“En el 2012 será rentable, pero no a costa de ajustes”
Militante. Mariano Recalde, hijo del abogado y diputado Héctor Recalde, un capitán de tormenta.
10-03-2010 / El presidente de Aerolíneas Argentinas responde a todas las críticas, analiza los números y cuenta los planes de la compañía reestatizada. Internas gremiales y la candidatura de Hugo Moyano a gobernador.
Por Graciela Moreno
Hace apenas ocho meses que Mariano Recalde ocupa la presidencia de la expropiada Aerolíneas Argentina; desde ese momento no tiene paz. Siempre está en el ojo de la tormenta. Denuncias, allanamientos, deudas e internas gremiales son algunos de los temas que enfrenta a diario. Sin embargo, dice que no se arrepiente, que no haber aceptado hubiera sido una cobardía. Recibió una línea aérea con 900 millones de dólares de deuda y asegura que en el 2012 la dejará con déficit cero. Confianza no le falta.
–¿Cómo es la radiografía actual de la compañía?
–Cuando entramos el 10 de julio del año pasado encontramos una gran deuda que nos dejó la gestión privada de 900 millones de dólares, pero que estimamos que llega a los 1.000 millones. A eso se le suma un vaciamiento y una ineficiencia operativa que nos genera un déficit operativo mensual, que se le suma a la deuda existente. En julio pasado, el déficit fue de 59 millones de dólares, pese a que La Nación publicó que fue de 79 millones, basándose en números propios. En enero pasado, el déficit fue de 22 millones de dólares. Todo es ocasionado por las deudas que carga sobre los costos operativos, dificulta la relación con los proveedores que en la mayoría de los casos son acreedores y se carga en los precios. Encima, necesitamos hacer un montón de inversiones. En la empresa no se ha invertido desde hace veinte años.
–¿Cómo está la actual flota de aviones?
–Cuando el Estado asumió el control de la compañía, de los 90 aviones que tenía, sólo volaban 24, y de esos, sólo 5 eran propios. Hoy vuela el doble: 48, de los cuales 8 son propios. La flota ya es casi de 100 aviones, la mitad vuela y el resto está en proceso de devolución o venta. Siempre hay 20 aviones en mantenimiento constante. La gran mayoría son alquilados y cuesta mucho dejarlos operativos para poder devolverlos. Ya entraron 12 aviones Boeing 737/700 NG, de los cuales 10 son alquilados y dos comprados.
–¿Con los 2.400 millones de pesos que recibieron en el 2009 del Tesoro Nacional pudieron bajar el rojo?
–Fue sólo para cubrir el déficit operativo mensual y no incrementar la deuda. Este año, en el presupuesto está previsto que recibiremos 1.600 millones de pesos más. Con la ley de presupuesto del año pasado se autorizó la creación de un instrumento para hacer frente a la deuda, que puede ser un bono, no sabemos. Pero antes de emitirlo, la Facultad de Económicas de la UBA está determinando la legitimidad de la deuda. Antes de abril, ya presentaremos el balance del 2009.
–¿Cuáles son los números finales?
–Desde la estatización en julio del 2008 a marzo de este año, las frecuencias de cabotaje pasaron de 363 a 534, un 47 por ciento más. En cantidad de asientos, de 81.593 a 121.269, un 50 por ciento más. Si comparamos las horas voladas, en enero del 2009 había 12.000 y ahora 14.000. El número total de pasajeros de cabotaje e internacional de enero 2009 fue de 434.000 y ahora alcanzó los 583.000. En nuestros planes está renovar la flota y equilibrar las cuentas, para hacerla rentable pero no al costo de tener que reducir frecuencias, despedir personal o tomar medidas de ajuste.
–¿Cuándo podría llegar a ser rentable?
–En nuestras proyecciones, que son conservadoras, a mediados del 2012 estaríamos con déficit cero y en el 2011, con déficit mínimo. Pero pese a todo, le genera ingresos al Estado nacional, a través del turismo por el pago de los impuestos, por puestos de trabajo, por el desarrollo de las economías regionales que es cien veces más que lo que el Estado aporta para el sostenimiento de la compañía aérea.
–¿Hay alguna posibilidad de llegar a un acuerdo con Marsans para evitar el juicio contra el Estado argentino ante la CIADI, el tribunal del Banco Mundial?
–No, el juicio que pretenden hacer no prosperará, según nos dicen varios expertos que hemos consultado. Ahora está frenado, pero si lo impulsan, el Estado se defenderá. El tema Marsans está terminado para nosotros. Por otro lado, para que la empresa sea totalmente del Estado falta determinar el monto de indemnización que para nosotros es cero porque la empresa tiene valor negativo. El juicio está en trámite y puede ser largo, pero esto no afecta a la administración de la empresa.
–Sabiendo toda la herencia que recibía, ¿por qué aceptó el cargo?
–Era un lindo desafío, era un lugar donde hacía falta gente con mucha voluntad, empuje y que garantizara honestidad, no podía decir que no. Nunca había ocupado un cargo en la gestión pública, mi participación siempre fue en lugares de oposición. Decir que no, hubiera sido una cobardía. Si bien hay momentos ingratos, porque es un lugar donde te atacan mucho, no me arrepiento.
–¿Se arrepiente de algo de lo que hizo en su gestión?
–Tal vez, no repetiría algunos reportajes que di.
–¿Volvería a viajar a ver el último partido de las eliminatorias a Uruguay?
–El viaje no tuvo nada de malo; ahora si uno lo analiza con el diario del lunes, tal vez me hubiera convenido no salir de la oficina. Yo trato de viajar menos para evitar esas operaciones de mala fe que hacen algunos periodistas. Todo el que viajó pagó y a valores de mercado, y no viajó Omar Viviani, de taxistas, como se dijo. Aunque el vuelo no se llenó, si el avión se hubiera quedado en tierra habríamos perdido más plata que si lo hubiéramos puesto a volar.
–¿Volvería a viajar en el polémico vuelo a Cancún, donde lo acusan de haber pagado el 10 por ciento del valor del vuelo?
–Me fui de vacaciones como cualquier ser humano que trabaja y me fui usando un derecho que tiene cualquier empleado de Aerolíneas, hasta el último maletero. Me voy a ir de vacaciones todos los años.
–Sus viajes generan mucha polémica...
–Porque Aerolíneas Argentinas se transformó en un escenario donde se discute la política nacional. Donde la oposición y algunos medios entienden que pueden discutir la política de intervención del Estado en la planificación de la economía. Si fracasa Aerolíneas, fracasaría en esta disputa dialéctica la política de intervención del Estado. Pretenden que se vuelva una política de economía libre y de privatizaciones en lugar de discutir eso en otros ámbitos. Rechacé veinte palos verdes cuando denuncié las coimas que dos empresarios querían darles a diputados en el 2007 para frenar una ley que beneficiaba a los trabajadores, ¿y me acusan de un viaje de mierda?
–También se suman las denuncias por el arreglo de un avión en Brasil.
–Es el paradigma de la noticia inventada, se dijo que se podía reparar en la Argentina y eso es falso. Siempre se han hecho los mantenimientos afuera, es más, hemos reducido la cantidad por la eficientización de los talleres propios. Ese avión no se podía hacer, nuestros talleres están saturados. Dicen también que se hizo sin licitación y es falso, desde que asumimos estamos transparentando los procesos. Ahora ya está volando, apenas vino se le hizo un chequeo, a veces son cosas de rutina. Primero dijeron que por qué lo mandamos afuera, después que lo mandamos sin concurso, después que tardó mucho, después que volvió con un desperfecto; están buscando el pelo al huevo, sólo quieren mantener una noticia inventada.
–Pero mientras tanto sigue sumando causas.
–¿De quién? ¿De Marsans que es un denunciante compulsivo? De las miles de denuncias que hace por año no prospera ni el uno por ciento. Si alguien denuncia que tenés un muerto en tu casa, se abre una causa, y después quizá no hay nada. Pero mientras, quizá sale hasta en el diario. Yo no tengo ningún muerto. Por el contrario, estamos trabajando mucho en desarmar quioscos y todos los procesos de transparencia afectan intereses.
–Parece curioso que alguien que viene de una extracción sindical tenga tantos frentes abiertos con los gremios. ¿Es difícil conducir Aerolíneas?
–Es muy difícil, hay personal que se pone la camiseta pero está desmotivado, sufrieron maltrato. Además, todavía hay empleados que responden a los ex dueños de Aerolíneas que no contribuyen para que esto salga adelante. Tenemos dificultades de todo tipo, y la enorme cantidad de gremios y los conflictos que hay entre los gremios y adentro de los gremios también son un escollo para sacar adelante esto más rápidamente. Las internas gremiales son el peor mal de esta compañía. Cuando no se pelean unos con otros, se pelean adentro; ahora azafatas, mecánicos y pilotos tienen dos líneas. Pero desde la empresa, prácticamente no tenemos problemas con los gremios. Desde que yo asumí no hubo un solo día de paro, ningún conflicto afectó la operación.
–¿Se imagina a Hugo Moyano como gobernador? ¿Piensa que hay más espacio en política para los sindicatos?
–No sé, no sabía que tenía ambiciones. Pero históricamente los dirigentes ocuparon cargos en las listas electorales, hasta los del campo ocupan lugares en las listas. Sin duda, puede haber lugar, en algún momento el peronismo reservaba el 33 por ciento de los cargos sindicales.
–¿Cómo analiza este momento político?
–Me parece que se está discutiendo qué modelo de país se quiere, el uso de las reservas plantea otro escenario de batalla como el de Aerolíneas. Si queremos un país donde el Estado intervenga en la economía o un país basado en la receta de la década del ’90. Si prospera el planteo de todo este arco opositor, no tengo la menor duda de que Aerolíneas dejaría de ser estatal. Me hacen acordar a la Unión Democrática, que promovió el golpe del ’55. Son mucho más amplios y más nefastos que en los ’90.
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