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Néstor vive en Cristina

Por Alberto J. Franzoia

La censista ingresó a mi hogar cerca de las 9.30. A los pocos minutos la entrevista con cuestionario había concluido. Me preparé un café y, cosa que nunca hago en las mañanas aún de días no laborables, decidí encender la tele porque tuve un vago presentimiento: podía haber alguna noticia importante. Algunos se burlan, con aires de seres que sólo transitan por las rutas de la racionalidad absoluta, de esa cosa “extraña” que el hombre simple llama “corazonada”. Sin embargo, como no me gusta posar de lo que no soy, diré que tengo corazonadas con cierta frecuencia. Qué explicación científica le puedo dar al tema, es muy sencillo: definitivamente NINGUNA. Sólo me pasa y así las vivo.

Eran las 10 de la mañana cuando enciendo la tele y aparece en el canal 26, pone en una franja inferior a lo largo de toda la pantalla y en letras grandes: MURIÓ NÉSTOR KIRCHNER. Pensé: qué canal de mierda, seguro Néstor tuvo otro problema de salud. Rápidamente pasé al canal 4 (Crónica), y otro cartel aún más grande decía algo similar. ¡Mentira, turros! Pasé a C5N, otra vez lo mismo. Desesperado fui a la televisión pública, ellos no nos pueden mentir pensé. Y lo que a esa altura empezaba a temer se confirmó. Luego comprobé por los dichos de demasiados compañeros que mi reacción desconfiada fue una constante. Por qué será que no le creemos a los medios “independientes”? Pero lamentablemente era cierto, lo confirmaba nuestro canal: el compañero Néstor Kirchner había muerto

Sí, así es, murió el hombre que les devolvió a muchos compañeros con historia militante las ganas de volver a involucrarse en política, y a tantos jóvenes el deseo de acercarse por primera vez a ella. Todo eso parecía imposible cuando en 2001, hartos de tantos años de democracia liberal (esa que se llena la boca de república pero que no le pude cambiar la vida a nadie que realmente lo necesite), muchos jóvenes, mujeres y hombres de nuestra Patria salieron a las calles con la consigna "que se vayan todos”. Todos ya habían gobernado. Los radicales (ortodoxos, lilistas o cobistas) que desde la desaparición de Hipólito Yrigoyen, más precisamente desde el inicio de la primera década infame, se hicieron demasiado amigos de los que mandan, por lo que no se rompieron como aconsejaba Alem porque en realidad hace rato practican el arte de doblarse para permanecer…junto al poder. Los “peronistas” (menemistas, duhaldistas y ahora disidentes o federales) que durante la segunda década infame sellaron con el abrazo Menem-Rojas el símbolo de una claudicación mal ocultada. Y, desde ya, el liberalismo conservador, que como no puede llegar al gobierno de la Nación desde hace décadas por sus propios medios a través de la vía democrática, hoy se dedica a infiltrar las filas de partidos votables o intenta construir alianzas con ellos.

Murió el candidato que llegó con un porcentaje insustancial de votos, el que fue presentado por los medios como un Chirolita de Duhalde, pero que pronto se convirtió, para sorpresa de propios y extraños, en el conductor indiscutido y consensuado por el pueblo para gestar la transformación de contenido nacional y popular más importante de la historia argentina después de 1955. Proceso que continúa Cristina, hasta ayer con la plena colaboración de Néstor.

Murió el compañero que anunció el mismo día en el que le colocaron la banda presidencial que no iba a dejar sus convicciones en las puertas de la Rosada. Seguramente no pudo hacer todo lo que pretendía en cuatro años, pero sus sueños encontraron continuidad en la compañera de toda su vida, y estoy convencido de que se hubiesen profundizado aún más si volvía al gobierno en 2011. Esto último no era un sueño, porque Néstor y Cristina supieron remontar un período adverso que se desató durante el mal manejo de la Resolución 125, y contra todos los pronósticos seudocientíficos (construidos por los chantas que circulan por la tele camuflados de investigadores) se podía inferir en la atmósfera más reciente de los sectores populares y fracciones de las capas medias que era el candidato con mayor intención de voto.

Murió un tipo sencillo, que habló con lenguaje llano llegando a todos. De gesto campechano, sonrisa fácil, saco cruzado siempre desprendido, frecuentador de besos y abrazos con su pueblo. Aliado de trabajadores, desocupados y gobiernos populares de la Patria Grande , en la que definitivamente creyó y por eso ayudó a construirla. Un duro con quienes hay que serlo, con los oligarcas y representantes del capital imperialista, con lo enemigos del pueblo y de la liberación latinoamericana... Exactamente al revés de lo que suelen practicar nuestros políticos de la oposición, los mismos que quieren regresar confiados en la supuesta amnesia de los simples.

Murió un político que también cometió errores, sobre todo a la hora de construir alianzas y buscar consensos allí donde son imprescindibles para gestar una relación de fuerzas más favorable: dentro del amplio espectro nacional y popular. La presencia de algunos personajes liberales (ortodoxos, menemistas, cobistas y yerbas similares), la mayoría de los cuales pasan a ser opositores al otro día de abandonar el gobierno (o incluso cuando no lo quieren abandonar como fue el caso de Martín Redrado y como lo es hasta la fecha el nefasto vicepresidente Cobos) forman parte de la forma de construir que ha tenido la corriente peronista (la única visible hoy por hoy reivindicable) que conducía hasta ayer el compañero desaparecido.

Sin embargo aún en el error Néstor fue leal a sus convicciones, nunca las traicionó. A veces despiadadamente frontal sí, pero siempre un compañero confiable a la hora de responder a las necesidades de su pueblo. En el campo opositor no le perdonan por izquierda todo lo que no hizo, pero, y este no es un dato menor para aquellos que hacen política, por derecha no le perdonaron todo lo que sí hizo. En este momento de inmensa tristeza y de grandes incógnitas para el futuro de la Patria sería bueno que algunos opositores salidos de las filas nacionales y populares reflexionaran acerca de una llamativa paradoja: por qué Néstor fue tan odiado por los hipócritas (como bien los definió Diego Maradona) que ahora se pasean delante de cámaras y micrófonos como seres acongojados por su muerte, y por qué razón simultáneamente opuesta a la anterior tantos miles de trabajadores, intelectuales y artistas del campo popular y presidentes de la Patria Grande revolucionaria (como Chávez, Evo Morales o Correa) manifiestan tan sincero dolor.

Dijo el compañero Norberto Galasso:

“Su repentina muerte acongoja profundamente al pueblo argentino al que interpretó en su esfuerzo por recuperarse y buscar un futuro promisorio, dejando todas sus fuerzas en una lucha incesante, aun conociendo la gravedad de su dolencia. En esta hora excepcional de la Argentina y América latina, el fallecimiento de un líder político como él constituye una verdadera tragedia, pues se lo necesitaba para continuar avanzando en pos de la liberación. Como él hubiera querido, hay que redoblar fuerzas para sostener a Cristina, acompañándola en su dolor y dándole el multiplicado apoyo para continuar en la senda que trazaron junto a las mayorías populares de la Argentina y de América latina”.

Cierro estas palabras escritas desde la tristeza más profunda con un sincero pensamiento del actor Arturo Bonin que es también mío: “Yo siempre digo que fue el primer presidente que ‘no voté y no me defraudó“. Debo decir que Néstor me dejó con las ganas inmensas de votarlo, la primera vez como opción ante el menemismo en 2003 (pensaba darle mi voto en una segunda vuelta que nunca se concretó por abandono del innombrable riojano), pero lo peor es que tampoco podré hacerlo, ahora por convicción, en 2011. A veces la vida nos deja esa sensación amarga de un deseo no concretado, en este caso sin embargo tiene remedio, porque estará Cristina para canalizar millones de convicciones similares a la mía. Porque eso es lo que queremos, que ella sea la garantía para continuar un modelo alternativo para consolidar la liberación nacional y social junto a la Patria Grande. Ahora más que nunca el proyecto que empezó con Néstor, y en el cual se le fue la vida, vive en la compañera Cristina.

La Plata, 28 de octubre de 2010

Publicado por Kompromiso Nacional

Los datos fueron tomados de la web de la Presidencia de la Naciòn Argentina

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