Encuesta de opinión a nivel nacional
Sigue en ascenso la imagen positiva de la presidenta y de Néstor Kirchner
Por Ricardo Rouvier Sociólogo y consultor político.
Ambos registran un crecimiento parejo en los sondeos, aunque Cristina supera por apenas tres puntos al ex mandatario. La gestión también es evaluada positivamente y hay confianza en la autoridad del gobierno nacional.
La imagen de una persona particular o pública es una entidad compleja. Es resultante de una multiplicidad de estímulos convertidos en mérito o desmérito que perciben los receptores. La imagen definitivamente se sintentiza luego en positiva o negativa, pero es importante conocer las unidades que la integran, los vectores de la resultante.
La evolución de la imagen presidencial tuvo un pico de fuerte crecimiento cuando asumió Cristina Fernández, luego decayó cuando se abrió el conflicto por las retenciones, y comenzó una tercera etapa que abarca hasta la actualidad, y que empezó a partir de las elecciones del 28 de junio de 2009. El gobierno no se paralizó ante el magro resultado electoral que sumaba un poco más de un tercio de los electores y cambiaba negativamente la relación de fuerzas parlamentarias. Por el contrario, apretó el acelerador y avanzó ante una sociedad que quedó tan sorprendida como la oposición. Cualquier consultor de impronta conservadora hubiera recomendado entonces postergar la Ley de Medios, o no avanzar sobre el uso de las reservas del Banco Central. Sin embargo, lo sorpresivo vino nuevamente a caracterizar el estilo oficialista que dominó y domina, el tablero político.
El uso del poder al mango remite a la vieja escuela peronista, y el gobierno lo hace cotidianamente. Ahora bien, ¿que le pasó a la opinión pública mientras tanto? Ocurrió que una vez que votó esperó que algo hiciera la oposición. Y poco a poco se fue desilusionando viendo que las fuerzas políticas no oficialistas no lograban organizarse. El carácter insular del campo adversario al gobierno facilitó las luchas intestinas para la prevalencia inorgánica de los dirigentes, y dejó al desnudo la incapacidad de aprovechar la coyuntura postelectoral.
El vacío puesto en el lugar del sujeto opositor, y un gobierno muy presente provocaron un cambio de mirada, una reorientación del interés público.
¿Cuáles son los principales factores que explican el aumento de la imagen positiva de Cristina Fernández, de su gestión y de Néstor Kirchner? En primer lugar, el factor más determinante de la evolución es la capacidad de gestión del gobierno. El gobierno gobierna. Y esto, que es verdad de perogrullo, no es tan obvia si mantenemos fresca en la memoria la experiencia de la Alianza. La hiperactividad gubernamental que no hace pausas, determina que la opinión pública llene con oficialismo lo que se esperaba cubriera la oposición. El gobierno ocupa el centro del espacio político.
Y a pesar de la imposición de una agenda catastrófica por parte de las grandes corporaciones sectoriales o mediáticas, estas han perdido el efecto de verdad que tenían hace un año atrás. Si consideramos desde la filosofía política que lo que los pueblos más temen es la situación de anomia, de crisis permanente, de falta de autoridad, el gobierno se ubica en el polo opuesto de esta posibilidad. La alternativa destituyente queda disuelta por la consolidación del gobierno que utiliza la iniciativa en forma sistemática.
La oposición hoy no puede generar confianza suficiente en la ciudadanía, en vista de una futura alternancia. A poco más de un año, la oposición no es percibida como gobierno. Una prueba de ello es que los principales candidatos opositores no superan con amplitud, en la actualidad, el 20%.
Otros componentes favorables de imagen son algunas medidas específicas tales como: la Asignación Universal por hijo entrega de computadoras a alumnos, aumento a los jubilados, Derechos Humanos. También se registra un cambio de estilo en el discurso presidencial, y en el del ex presidente: menos confrontativo y más persuasivo. Monitoreadas las expectativas económicas, no hay agencia de medición que no tenga en sus números un mejoramiento sobre las previsiones a nivel nacional y a nivel personal, sobre la economía y el empleo.
Y a pesar de las campañas en contra de la situación nacional en el concierto internacional y del papel que juega la presidenta en diversos escenarios mundiales, el persistente protagonismo ha logrado que sectores medios empiecen a juzgar de otra manera la presencia argentina en el mundo. Esta nueva visión es más jerarquizada que la casi patética que tenían dichos sectores sobre nuestro papel en las relaciones exteriores.
La imagen del ex presidente también está creciendo, y a pesar de que un pequeño escalón favorece a Cristina, la tendencia indica que la evolución de imagen comprende al gobierno y a un Néstor Kirchner que sigue siendo percibido como un actor principal de la política nacional. En este proceso de evolución de imagen estamos actualmente, y este movimiento no ha concluido. Su desenvolvimiento indicará las posibilidades electorales para el año próximo en que el oficialismo luchará por su continuidad y la oposición por hacerse del gobierno. Pero hoy no es imposible pensar en en la viabilidad de un nuevo turno para el oficialismo, si consideramos la posibilidad de que las tendencias se mantengan.
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